23.11.12

Senior Femenino Joventut Xàbia: 2011-2012 Vol. I

Esta es la entrada a la que más miedo he tenido de llegar. Sufrimiento. Es lo que viví junto a mis compañeras este año pasado. Una mezcla de sentimientos importante. Llegaba mi quinta temporada oficial senior, la séptima desde que debuté en la categoría. 

Antes de llegar al mes de agosto que es cuando empezamos la pretemporada, el coordinador del club nos llamó para preguntarnos que opinión teníamos de nuestro entrenador y si le renovaban o no. Yo le contesté que, aunque si que es cierto que me parecía que le faltaba algo de sangre, por mi si que contaría con él un año más. ¡Para algo nos había costado tanto aprender los sistemas nuevos! Además, el entrenador ya tenía confianza en mi, y me sabía mal que últimamente sólo nos duraran un año.

Hicimos una reunión a principios de agosto para saber quienes eramos y como afrontábamos el nuevo año, descubriendo allí que la mayoría habían dicho de echar al míster y traer a otro, por lo que estábamos sin entrenador. Las únicas que dijimos por su continuidad fuimos las jóvenes con ganas y que disponíamos de minutos con él. 

En la reunión, que habrían unas quince personas incluídas exjugadoras que querían volver y alguna infantil que se coló a ver si luego había pachanguita, hablamos sobre el futuro del equipo y Úrsula fue la única que dijo que no seguía jugando, pues se habían apuntado para una temporada y habían estado unas cuantas. Una lástima.

Después de la reunión, partidillo y a casa a esperar que nos encontraran un entrenador. Tarea algo imposible, por lo que al final David, el entrenador que habíamos tenido hacía dos años, volvió a coger las riendas del equipo. Con tal de tener entrenador, me parece perfecto.

Nos apuntamos a la Lliga Valenciana, donde teníamos que jugar tres partidos, contra Pedreguer -que perdimos de 9-, contra Alfàs -perdimos de un punto- y contra Gata -victoria amplia-.

Sin tener en cuenta los resultados, había algo alarmante: habíamos sido muy pocas para jugar los partidos, en especial el de Alfàs que habíamos sido cinco. Yo estuve algo preocupada por que esto no pasara en muchas ocasiones... que ingenua que era.

Fuimos SEIS las personas que nos comprometimos para formar el equipo ese año. Entres estas jugadoras, dos eran de primer año, por lo que no eran del grupo que teníamos el año pasado. ¿Qué había pasado? ¿Por qué si Úrsula en aquella reunión fue la única que dijo que se lo dejaba, faltaron las demás? Hay algunas que nos dieron los motivos, otras que no. Al final llegué a pensar que como las más mayores se lo habían dejado, con nosotras no estaban a gusto y preferían no jugar. Fue un asco el momento en el que comprendí que íbamos a estar así TODA la temporada. 6 personas no son suficientes, aunque sólo jueguen cinco a la vez... ¿Qué pasa los días que alguna esté enferma, lesionada, de viaje, de exámenes o tenga boda o cualquier problema que le impida ir a jugar? 

Por 'suerte' tuvimos personas a lo largo de la temporada que dijeron que querían jugar, y, aunque nunca llegaron a comprometerse, nos echaron una mano en momentos oportunos: Nerea, Natalia y Sonia.

Nuestro equipo a efectos prácticos, era éste:























De arriba a abajo y de izquiera a derecha:

Yo: Me pasé la temporada cambiando de posición, de arriba a abajo, incluso siendo el pivot grande cuando hizo falta. Gracias a mis estudios, estuve en gran forma física ese año, pues realizaba entre 3 y 7 horas de deporte diarias. Lo raro fue que no me lesioné. No falté a ningún partido ni a ningún viernes a entrenar. Hice una temporada notable, marcando una media de 12 pts aproximadamente por partido.

Ingrid: Otra de las comprometidas del grupo, tampoco faltó a ningún partido. Jugaba normalmente de escolta o alero, aunque se las apañaba para subir el balón cuando era necesario. Una suerte haber podido compartir vestuario y equipo con otra persona igual de regular y constante que yo. Se agradece y mucho.

Paula: Jugadora joven y la última en llegar a la categoría. Faltó a los mejores partidos que jugamos, una lástima pues fue una gran alegría para nosotras. Se mueve por las líneas exteriores, aunque siempre he pensado que le faltaba algo de confianza en si misma.

Ana María: Mi gran amiga y compañera desde que éramos benjamines. Todos los años jugando juntas, apoyándonos y labrando nuestra gran amistad. Faltó por tema de estudios a algún partido y a veces se precipitaba en los ataques, pero hay que reconocer que no tenemos una triplista como ella. La base más grande de la competición sin duda! 

Irene: La 'vieja' del grupo, la 'killer' de la pintura. Como puede ser que siendo tan bajita, te coja el balón debajo del tablero y se la lie a cualquier pivot, sea quien sea y del equipo que sea. Siempre que me toca defenderla en los entrenos, prefiero quedarme quieta y dejarla que tire, a moverme y crearle espacios para que haga su típico juego de pies. Una máquina que también, junto con Ingrid y conmigo, fue la más regular y comprometida del equipo. No quedaba otra...

Naomi: ¡Es muy grande! Y no sólo por sus 185 cms de altura. Cómo se nota cuando está en la pista, todas las rivales se van a por ella y nos dejan a las demás libres. Una gozada, reparte el juego desde el tiro libre mejor que cualquier base, sabe botar la pelota, enchufó algún triple que otro... vamos, una joyita. Tuvo una temporada muy costosa, pues abusábamos de ella físicamente, por lo que tuvo problemas musculares y faltó a algún partido. ¡Cómo se notaba/nota tu ausencia, Naomi!

Esta temporada fue una de las más extrañas de mi paso por el senior, así que, como hay mucho que contar, la relataré en varios volúmenes, espero que en pocos días. 

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