No sabía muy bien si escribir esta entrada o no. Es sobre un suceso que pasó éste viernes en el pabellón Miguel Buigues de Jávea. Os cuento lo que viví yo:
Los viernes por la tarde yo entreno a los chavales a las 19 en el pabellón, este viernes no iba a ser así porque el alevín femenino tenía partido a esa hora. Nuestro alevín es un equipo totalmente nuevo de éste año, hay una que había jugado antes más años pero el resto es novato y, claro, no han ganado ningún partido. Aún así, es un grupo tan bonito que me encanta ver lo que han aprendido nuevo cada semana que pasa. Me dirijo plácidamente a la grada para disfrutar del partido.
Las nanas hacen su primer mejor periodo de la temporada. ¡Qué gusto verlas! ¡Cómo han mejorado! Ganaban 10-7.
El árbitro a mi no me estaba gustando mucho, lo veía en mi OPINIÓN PERSONAL algo facto de actitud y cometiendo fallitos que no hacían falta. Pero bueno, era un partido de ALEVINES.
Nuestro entrenador se puso nervioso y es, como todos sabemos, un hombre de carácter (yo también tengo carácter, pero me suelo comedir más y 'paso' un rato de los árbitros) y hubo un momento, según lo que escuché yo, que le gritó al árbitro "yo te chillo si quiero y tu si quieres pitármela me la pitas". Por lo que se llevó una primera técnica. A mi me dio la impresión de que más de un calentón de él era la típica técnica buscada.
En la segunda parte, en el cuarto periodo, se llevó la segunda técnica. Yo no escuché por qué, dio la impresión de que le dijo algo (en voz más baja) desde el banquillo, vi que el árbitro le miraba, se giraba, se dio la vuelta y lo echó con segunda técnica (no descalificante).
En este momento yo bajó corriendo de las gradas a la pista (no puedo contar la de veces que he hecho este camino en mi vida ya) y me he cruzado con el entrenador expulsado que me ha dado su hoja con los quintetos del partido porque a ver, las niñas no pueden quedarse a solas jugando durante dos periodos y medio. Llego a la pista y se que no puedo ponerme en el banquillo, así que aprovecho que hay un par de cadetes y un par de mis jugadores chicos alevines sentados enla moqueta de gimnasia rítmica que hay al lado y me siento con ellos y me pongo a animar a las niñas (no a hacer comentarios técnicos, sino a animarlas)... en ese momento el árbitro se viene hacia mi y nos dice que no podemos estar ahí. Las cadetes llevaban rato ahí y no les había dicho nada, así que la razón por la cual nos echa ahora es porque estoy yo. Por supuesto éste árbitro me conoce y sabe que soy entrenadora.
Ahí me cabreé. Porque vale, según las normas las niñas se deberían haber quedado sin dirección pero a ver... SON NIÑAS. NIÑAS ALEVINES. ¿En serio pretendía que se quedaran solas? Para más inri, estas niñas han empezado a jugar este año. JODER, pero qué haces? Los árbitros muchas veces se pasan algunas normas por el forro por el buen funcionamiento del partido y esto no lo pasa por alto? EN SERIO?
Me fui algo más lejos y le dije enfadada ¿aquí estoy bien? me dijo que no y me fui más lejos y se lo volví a preguntar, a lo que me dijo que ahí estaba bien y "tranquilízate". Entonces me tranquilicé y siguió el partido. Una de nuestras nanas fue expulsada por cinco personales y salió otra.
Cuando acabó el periodo y empieza el quinto, la que había salido por la expulsada vuelve a salir. Entonces el chico de la mesa (que es de Jávea) me llama diciendo que esa jugadora no puede salir, porque no había descanso dos periodos (contando el periodo que había sustituido como periodo jugado). En ese momento, nuestro entrenador expulsado, que estaba sentado en un banco en la pista de al lado -con la cortina echada, pero veía parcialmente el partido- empezó a gritar que si que puede jugar, que si el cambio ha sido por una jugadora expulsada no contaba como periodo completo. El árbitro me pide que calme al entrenador, yo lo hago y de paso saco mi carpeta que llevaba a la espalda donde tengo las normas alevines y se las enseño al árbitro, por lo que deja jugar a la jugadora.
Esta jugadora durante el periodo se hace daño y se tiene que ir al banquillo a ponerse hielo, la jugadora que la sustituye también se hace daño así que ya pasé de lo que me dijera el árbitro y me quedo en el banquillo poniéndoles hielo y animando.
Al final del partido (que veía que no se acaba nunca y por el cual llegué tarde a mi entrenamiento), el entrenador rival nos comenta a mi y al entrenador expulsado que él le estuvo diciendo al árbitro que me dejara estar en el banquillo y él no quiso. Así mismo, nuestro entrenador le dice al árbitro que no se lleve su ficha y éste contesta que "no ha sido técnica descalificante, así que no tiene que hacerlo" y el mister le pregunta que entonces "por qué se va con las fichas y el acta y el chico de la mesa al vestuario" y el le contesta que a "apuntar a las chavalas lesionadas".
Yo me voy a mi entrenamiento que transcurre con normalidad y pasada media hora o así (sobre las 21horas o más), vamos a beber y veo que en la entrada del pabellón están en el entrenador expulsado y el árbitro todavía hablando "amistosamente". Escuché media conversación que no voy a reproducir aquí. El entrenador al irse el árbitro me enseñó el acta, donde ponía que le había pitado la técnica primera por "gritar de forma anormal" (???) que la segunda fue por decirle "es que envían a pitar a cualquiera!" y que se había quedado en la pista adjunta sin abandonar las instalaciones.
Mi opinión personal es que un entrenador de alevines nunca debe consentir ser expulsado del campo y dejar a los chavales solos. Pero un árbitro, aunque tenga que desobedecer las órdenes, tampoco debería permitir que se quedaran sin dirección.
Todo lo que hay puesto aquí es lo que viví y escuché yo.
Nuestro equipo alevín femenino y su entrenador, las VERDADERAS protagonistas del partido