30.9.13

Este fin de semana, en un pabellón de la comarca, vi algo que no me gustó nada. Una jugadora sénior (de las jovencitas del equipo, parecía) que, durante el descanso, subía a la grada a hablar con un hombre que, por el aspecto y los rasgos parecidos a los de la chica, debía ser su padre. Y su padre le estaba diciendo cómo tenía que jugar, que tenía que espabilarse, que lo estaba haciendo mal. Además, mientras el entrenador de dicha chica hablaba, ella estaba con su padre, por lo que no se enteraba de las instrucciones que le daba a sus compañeras (y a ella).

La verdad es que esto para mi es impensable... una jugadora, con todo el estrés del partido, no puede estar pendiente casi de las palabras de su entrenador... pues para tener dos fuentes de instrucción a la vez. Qué quien sabe si son contradictorias. 

Recapacite, señor, que seguro que su hija sólo quiere jugar para evadir los problemas, no para tener más.

2 comentarios:

  1. Huesini tienes toda la razon!!!!eso no se deberia hacer nunca, a ver si te veo pronto

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  2. Pues si, es algo impensble... lo de vernos este año está chungo, no se si me tocará algún partido por allí cerca, a lo mejor con los nanos pero no creo!

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