Primer partido fuera de casa y primera derrota. Fue horrible y no me lo esperaba.
No voy a negar, que fui a Alzira con ganas. El partido de allí la temporada anterior me fastidió y mucho y tenía muchas ganas de enfrentarme a ellas. Cuando llegamos, y de estas cosas me doy cuenta después, pensaba yo que estaba tranquila y controlando los nervios, pero estaba en la puerta del pabellón y no paraba de quitarme las gafas de sol, ponerme las de vista, otra vez las de sol... así no se puede. Pasamos por delante del equipo de Alzira y yo estaba muy concentrada mirando el pabellón que no me di cuenta de que estábamos todo el equipo en completo silencio hasta que García dijo "Hola" y me di cuenta de que la situación estaba siendo muy incómoda.
Calentamos durante MUCHO rato porque los de la mesa se retrasaron, y no iban a ser los únicos oficiales que la fastidiaran hoy. El mister me preguntó quienes eran las 'buenas' del Alzira y le señalé que la 12 y la... ¿10? la buscaba y no la encontraba; estaba en la grada y no podía jugar. Me supo mal porque me gusta verla jugar.
Empezó el partido y estábamos fatal, nos defendían en zona -como siempre- y se nos atragantaba mogollón -como siempre también-, yo me encontraba lenta, sin ideas y creo que el resto igual. Todo el partido fue para mi un sufrimiento. Llegando al descanso, intentando ir por encima, tuve estando empate cuatro tiros libres... pues los fallé. E hice una falta que hizo que ellas fueran las que ganaran al descanso.
Perdimos el partido jugando MAL, fuera del partido, las pivots del Alzira nos estaban haciendo mucho daño sin hacer nada muy especial. Faltando un minuto, me dio un tirón o lo que fuera en la zona de la rodilla derecha, por lo que estuve en el suelo, pero sin parar el partido. ¿Para qué?. No puedo negar que me dolió mucho la derrota, no considero al Alzira un rival muy superior a nosotras y se que en Pedreguer daremos la cara. Y no se por qué, estoy segura de que muchas de ellas disfrutaron al darme la mano habiéndose llevado la victoria.
Ahora, después de haber dicho y redicho que nosotras jugamos mal, voy a quejarme de los árbitros. ¡Qué malos por Dios! Uno de ellos fue el que luego me pitó el partido de las nanas... no sólo fue que nos expulsaron a tres jugadoras y al entrenador, alguna antideportiva y demás... ¡pero es que no pitaban nada bien! ¡Ni una falta!.
Bueno, lo dicho, lo de quedarse un buen rato sin entrenador y que no tengas pivots porque están todos expulsados y te quedes sin opciones y tu compañera -que también está expulsada- tenga que hacer de entrenadora es un asco. Espero que no nos vuelva a pasar, pero es verdad, hay gente que se pone en el banquillo y no puede estar callado nunca, y se ve que mi entrenador es uno de ellos.
¡A la vuelta, más y mejor!
PD: Agradecer a mis amigos Mely y Edu que vinieran al partido, aunque fuera un desastre. ¡Qué ganas tengo de veros a los dos!
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