1.10.18

Relato del final de la Lliga Valenciana

Aviso a navegantes: voy a escribir esta entrada poniendo exactamente lo que pienso yo, personalmente. No tiene por qué coincidir con lo que piensen otras personas, es más, nadie tiene que estar de acuerdo con lo que escribo. Soy totalmente partidista escribiendo mis entradas dado que reflejan mis pensamientos. Si, de verdad, no te gusta lo que estás leyendo en algún momento, cierra la página por favor. Gracias. (Diciendo esto parece que vaya a escribir barbaridades pero no, ehhhh).

Cuando terminó nuestro agobiante, sofocante y buen partido contra el Dénia, estuve parte de la tarde y noche ‘entreteniéndome’ haciendo cuentas para ver si podíamos pasar a semifinales con los resultados que habíamos obtenido. Para mi sorpresa, si se producían dos victorias concretas en los otros grupos, si que pasaríamos como segundos, se habían dado exactamente los resultados que se tenían que dar para que pudiéramos pasar. Y así se hizo, pasamos como mejores segundas, tras haber perdido en fase de grupos contra Alfàs de siete y haber ganado in extremis de cuatro a Dénia en casa. 

Para ir a Elda a jugar semifinales entre semana había el típico problema: falta de jugadoras. Teniendo a medio equipo en Valencia, jugadoras que perdíamos por motivo “Copa del Mundo de baloncesto femenino” y que la Federación no nos dejaba jugar jueves, la verdad es que agradecemos que pudiéramos arreglarlo a última hora para ir el martes. 

Daniela y Carmen bajaron después de comer de Valencia de la uni con un chico del club que casualmente hacía el viaje ese día. De ida para allá pasamos a por Camila a la universidad de Alicante y subíamos las cinco jugadoras que quedábamos en Pedreguer, más ellas tres, ocho. Bueno, veríamos que nos encontrábamos en Elda.

Tuvieron que cambiar su pista habitual por un paellón con las luces estropeadas y jugar a las 21 medio en penumbra, pero eh, no nos quejamos. Lo que si sabíamos que el arbitraje iba a ser muy permisivo. Y preguntaréis, ¿cómo sabéis eso chicas? Y ya os digo: experiencia. Cuando un partido es entre semana a las 21 horas casualmente siempre pasa. O tal vez porque escuchamos a la pareja arbitral hablar entre ellos diciendo “hagamos esto rapidito”. Y eso, nos pegamos un poco, muchas rotaciones en el partido entre las ocho, aguantamos bien el físico para llegar al descanso uno arriba. Tras cambiar de defensa por fin el asunto nos funciona y tras un parcial de estos guapos nos ponemos arriba. El último periodo ya teníamos el partido controlado para acabar +20 que si no recuerdo mal se acercaba a la máxima diferencia que habíamos tenido en el partido (creo que +22). 

Pasamos a la final sabiendo que contábamos con las bajas de Cati, Julia, Irene y Camila, además de la lesión de Anna (Durà) que jugó 4 minutos algo lesionadilla. 

El día de antes de la final por motivos que no vienen al caso yo no dormí ni un minuto. El sábado mañana aunque tenía cosas que hacer COSA EXTRAÑA no tenía ningún partido, así que... fui al pabellón a ver un partido. Ey, qué queréis, yo lo de no tener bàsquet me es superior a mi. 

Tras no poder comer de los nervios (si, lo se, tengo un problema) e intentar echar la siesta, a las 18 salgo con mi madre hacia Altea. Es gracioso porque en la autopista y demás nos vamos cruzando al resto del equipo en sus respectivos coches. Llegamos a las 18:52. Vamos a vestuarios tranquilamente donde nuestra compañera/fisio Paula tiene algo de trabajo... a mi aún me dolían los golpes de Elda, supongo que al resto igual. 

Averiguamos la pista donde jugábamos y nos han ‘cambiado’ de lado. En el Trofeo Federación que ganamos en Altea jugamos en el otro... ya íbamos mal de supersticiones. Mientras veíamos el partido anterior de los chicos vimos a uno de los árbitros de Elda... jaja que cosas. 
Calentamos el ratillo que nos dejaron, la risa para mi era que durante toda la Lliga Valenciana, infantil sénior y Juvenil que son las que yo he jugado o dirigido me ha anotado la misma anotadora tanto en Jávea como Pedreguer como Alfaz y ahora en la final estaba en la mesa también... 

Va a empezar el partido y el santo de mi entrenador dice que vamos a salir con un quinteto más físico y en eso dice mi nombre. Algo no me cuadraba porque yo muy física no soy y quedó patente cuando salimos y resulta que se había equivocado y quería sacar a Paula.... ah, ya me parecía a mi... bueno, eso demuestra que Luis es humano, milagro!! Hasta ahora lo dudaba: no nos merecemos el entrenador que tenemos, pero en serio, que lo intentamos. 

Por cierto hablando de entrenadores, la entrenadora de Alfaz es Mari Carmen, que fue compañera mía de curso de entrenador ahora este verano en Ondara. Que tuvo que dirigir en la grada por que la sancionaron el partido contra Dénia, cosa que yo sabía porque los ábitros de esos partidos me los había cruzado bastantes veces desde entonces y siempre les escuchaba comentarlo... y ya. 

Ah si, y otra cosa, mientras calentábamos me fijé que una chavala que yo disfruto de ver jugar desde que era pequeña y a la cual siempre he admirado mucho por su forma de hacerlo y que todavía es juvenil iba a jugar el partido, habiéndo sido a las 16 horas MVP de la final Juvenil que había masacrado al Dénia.  La verdad es que me hizo ilusión que jugara contra nosotras por esa razón...

Bueno, a lo que iba, empieza el partido y el primer periodo es el único bueno que tenemos. Las claves que creo que llevaron a este periodo a ser el mejor de nosotras: es fácil, fue el único que hicimos lo que nuestro entrenador nos pide. Todavía los sistemas de ataque nos falta naturalidad para hacerlos, ser más listas y sobre todo conseguir leer el juego mejor. En este primer periodo nuestras canastas fueron fruto de esos sistemas por lo que nos pusimos por delante. A mitad periodo salí yo y lo primero que recibo es un taponaco, tapón en el que la jugadora que me lo hizo me puso claramente la otra mano en la cintura y lo dieron como tapón (taponazo) lo que fue mi primer síntoma de: sigan jugando señoritas que aquí pocas faltas se van a pitar. Tengo esa costumbre: analizar el arbitraje para ver que se puede o no se puede hacer durante los primeros minutos y ver si se puede aprovechar de alguna forma. 

Bueno, mis tres primeras acciones fueron horribles y cuando nos fuimos al banquillo tengo que decir que estaba muy disgustada. Luego quedó patente que, cuando nos empezaron a remontar, no fue la mejor la actitud que cogimos el equipo en general: estábamos hundidas, no gestionamos bien la actitud y nos hizo bajar mucho nuestro nivel en el partido. 

Cuando volví a jugar me animé: tuve que intentar un lanzamiento de tres porque se agotaba la posesión y en ese momento una jugadora suya me pega un manotazo de esos sin querer en el brazo y por el cual me estoy poniendo voltadol aún porque todavía me duele... total, indicaron que iba a lanzar tres tiros libres y se me pasaron, en esos segundos, muchas cosas por la mente: primera y principal, que era la primera vez que lanzaba tres tiros libres seguidos –dado que soy poco lanzadora de tres, en todos estos años nunca me había pasado... eso si, tuve una vez una aún más rara en el que tuve que tirar cuatro seguidos sin rebote- segunda y también principal: que durante la lliga valenciana contraria a mis números habituales de los últimos años estaba fallando muchísimos tiros libres, algo que me causa aprensión y nervios y en ese momento tal vez no era el mejor de los pensamientos y tercero y más secundario: escuché a la chavala que me había pegado (la jugadora de la que hablé antes que me encantaba) reírse comentando con las demás que me se le había escapado la mano y me había pegado sin querer. 
Y recuerdo que pensé que como cambiaban los tiempos, porque yo de joven y ahora lo primero que hago cuando pego una hostia así, intencional o no, es disculparme y me llamó mucho la atención que ella no lo hiciera. Está claro que no es necesario ni a mi me hace falta, la verdad, sólo digo que me pareció muy curioso y en ese momento me sentí algo mayor la verdad. 
Bueno, y en este partido lo era la que más de mi equipo.... bueno, todo esto pensando mientras me dirigía a la línea de tiros libres... la verdad es que creo que escribo demasiado. Y me estoy dando cuenta que estoy poniendo demasiados puntos suspensivos en esta entrada. Ya paro, en serio. 

Metí los tres tiros libres mientras me temblaban –interiormente- las piernas y suspiré aliviada. Seguimos jugando y nuestro acierto de cara canasta era nulo por no decir muy bajo... lo que nos condenó a perder de 20 y que ganara muy merecidamente el Alfàs. 

Y después del partido pasó algo todavía más surrealista. Como el otro partido donde ganó el Dénia todavía no ha acabado, nos teníamos que esperar, cosa genial para las que habíamos quedado a la noche, pero bueno. Cogí el móvil y entré en la página donde se recogen las estadísticas del partido en directo a ver como de desastroso había sido nuestro partido, compruebo que la mejor jugadora del partido había sido precisamente esa misma jugadora que hablaba antes y que, para mi sorpresa, la más valorada de mi equipo –que no del partido- era yo. La verdad es que mis sensaciones eran que había empezado el partido horriblemente y después había ‘mejorado’. La verdad es que desde entonces he repasado mis estadísticas recordando el partido a ver si eran correctas y si, están bien, sólo que me han pasado un robo por lo que era un rebote ofensivo, pero bueno, es el mismo número final. 14. Las últimas finales había hecho 6 y 10 así que para mi era una mejora guay, aparte, no soy la mejor jugadora de mi equipo ni de lejos así que para mi era algo recordable. 
Me acuerdo que, con las estadísticas en mano, me acerqué a Sila, el jefazo, al cual conozco y me une una buena relación que comenzó cuando todavía era árbitro y, literalmente, me ha visto crecer en los diferentes años. Luego se convirtió en jefazo y claro, ahora parece que hable con él y sea diferente. Bueno, la cosa es que le enseñé como habían quedado las estadísticas comentando que había quedado la mejor de mi equipo. Pero así, como un comentario más. 

Cuando dijeron el MVP y dijeron mi nombre me quedé bastante trastornada: no entendía nada. Cuando me acerqué a que Sila me lo diera, comentamos que no sabíamos que había pasado y porqué lo tenía yo. Yo lo único que se me ocurrió en ese momento era que la Federación lo había decidido para que una jugadora no se llevara dos trofeos la misma tarde o que una jugadora juvenil no se lo llevara en sénior. No me parecían opciones demasiado lógicas en mi opinión pero eran las únicas que se me ocurrían. La tercera opción me había parecido ilógica: que fuera un error de la Federación en ese momento. Yo en ese momento no lo contemplé porque claro, a mi me había resultado extremadamente fácil coger mi teléfono y ver las estadísticas, donde todo está muy clarito, que pensaba imposible que alguien pudiera leerlo mal. 

Me fui con la mosca a la ducha y cuando salí se me fue la mosca cuando vi lo alegre y feliz que estaba mi madre con mi trofeo en brazos, nos fuimos hacia el coche y cuando llegamos salían otras de mi equipo, fui a despedirme y me dijeron que había ‘algo de revuelo’ por esa decisión y que habían escuchado a la jugadora que se merecía el MVP decir que como yo estaba metida en Federación me lo habían dado a mi. 

Aquí fue donde de verdad me hundí y se me vino el mundo abajo: claro, una no puede haber hecho buen partido, no puede llevar 22 años jugando y esforzándose por ser mejor y que al final, por casualidad, consiga un trofeo; no puede haber sido una reacción cualquiera de la Federación con un motivo, no. No puede ser un maldito error. No, se lo tienen que dar porque da la casualidad que es delegada de la selección valenciana. 

Da la casualidad que los ‘mandamases’ que conozco que andaban por allí (Sila, Castillo y el otro chico grandote que no se como se llama) los conozco por mi época de jugadora (el último chico de la final del año pasado del trofeo, antes sólo de vista)... de mi trabajo con la selección sólo conozco otros entrenadores pirados como yo. Y no me considero que soy “de la Federación” si no que, con mi trabajo como entrenadora las últimas nueve temporadas, a alguien se le ocurrió que yo sería buena opción para la selección, algo que a mi me hace MUCHÍSIMA ILUSIÓN, sobre todo ir al campeonato de España y verlo desde dentro, dado que sólo lo he visto como espectadora y es un sueño cumplido... y en un momento, te da un bajón por un comentario chorra que hace alguien puntualmente sin tener ni idea de las cosas. 

Al día siguiente me llamó Sila diciéndome que, como yo le había indicado, el premio se lo merecía ella y yo dije que lo sabía como YO le había dicho la tarde anterior. Lo cual confirmaba la opción tres: error puntual de la federación. De todas formas, me dijo que me mantenían mi premio y se lo entregarían a ella cuando pudieran, algo que agradezco dado la ilusión que me hizo y, sobre todo, a mi madre, compañeras y club. 

Y vamos a lo importante después de todo esto: Hemos estado presentes en las cuatro finales últimas del Trofeo Federación y Lliga Valenciana y nos hemos llevado cuatro MVP’s (el mío con ‘trampa,’ vale), dos trofeos dorados en post-temporada y plateados en pre-temporada. 

De menos a más, vaya. Empieza la liga este finde que viene, aunque me pierdo por desgracia la primera jornada dado que tengo concentración con la selección. ¡¡Vamos a ello!!






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